Friday 4 January 2019

Sobre el "Manifiesto del juicio final"

Llevo unos meses siguiendo a Mario Diez, un abogado que se ha propuesto acabar con la presunta impunidad de un grupo de políticos, jueces y gente en posición de poder en distintos casos de pederastia y abusos sexuales a mujeres, que curiosamente apenas ha salido en medios de comunicación. Es el llamado caso "Kote Cabezudo". Recientemente Mario había anunciado una idea revolucionaria para darle la vuelta al sistema, cosa que a mi me resultaba muy interesante y hace poco al fin ha hecho pública su idea con lo que ha denominado "Manifiesto del Juicio final". Podéis ver información sobre este tema en su página de Facebook (Justicia poética by Mario Diez) o en su canal de YouTube (Mario Diez)
Adelanto que os invito a apuntaros a la iniciativa, porque es una iniciativa que me parece bien intencionada, justa (a los que conocéis Escaños en Blanco os sonará mucho la crítica que se hace al sistema de partidos) y con posibilidades de conseguir algunas cosas, aunque me temo que no el objetivo que se plantea. La propuesta consiste en firmar el manifiesto y sus puntos, lo que implica ponerse en contacto con la plataforma y unirse, así a la iniciativa de cambio de sistema. ¿Qué pasa después? Pues la intención de Mario Diez es conseguir 8 millones de firmas y considera que esta cifra asegura hacer posible crear un partido herramienta* presentarse a las elecciones con una agrupación de electores y conseguir los diputados suficientes para cambiar la constitución. Es algo parecido a lo que yo planté hace más de cuatro años sobre "Como cambiar el sistema sin entrar en el sistema" Es evidente que Mario se guarda ases en la manga sobre cómo pasar de esos 8 millones de firmas a crear un partido* una agrupación de electores que consiga 233 diputados, pero aun así, mi impresión es que no es algo que vaya a poder conseguir, y aun así, creo que merece la pena intentarlo, solo por el ejercicio de unirse a este tipo de iniciativas. El problema es que no es la primera vez que una persona con cierto tirón intenta algo parecido. Daniel Ordás ya presentó su "Reforma 13" que esperaba que los partidos adoptaran y también Jorge Urdanoz intentó una propuesta de "democracia real". Yo he apoyado siempre estas iniciativas, aun sabiendo que su alcance sería limitado, porque es nuestro deber intentarlo. El problema que yo veo a estas iniciativas es que, siendo todas ellas justas, necesarias y deseables, son propuestas excesivamente individualistas, y, por decirlo de alguna forma, "mesiánicas", en las que el ponente pone todo su empeño personal y que apela al impulso de otras personas a su idea... pero que están poco dispuestos a apoyar o unir fuerzas con otras ideas parecidas. Daniel, Jorge y Mario, podrían perfectamente unir fuerzas (y también otros como Jesús Candel), pero cada uno apuesta por su propia idea, y no presta ninguna atención al resto. Creo que el primer paso de cualquiera de estas propuestas sería abrirse a otros, como se podía ver en el video Ted de Como iniciar un movimiento. Una de las cosas que siempre me ha gustado de Escaños en Blanco es que no tiene Mesías, y de hecho de todas las propuestas, ha sido la única que ha conseguido algo (muy muy modesto: cuatro concejalías vacías) hasta ahora. Si un movimiento de estos consigue algo en el futuro será por la aportación desinteresada de muchas personas y grupos con un fin común: arreglar cosas de nuestro sistema que están terriblemente mal y conseguir que la soberanía de nuestro país esté realmente en el pueblo.

* Dejar claro que la forma en la que se presentaría a las elecciones no es un partido (organización legal establecida previamente a las elecciones) sino una agrupación de electores (una agrupación que se crea exclusivamente para las elecciones convocadas). Entre otras cosas, la diferencia entre uno y otra es que el primero tiene que recoger el 0,1% del censo de firmas para presentarse y la segunda tiene que recoger el 1% (10 veces más. Por ejemplo: 50.000 firmas en Madrid, en lugar de 5.000 que tiene que recoger un partido en veinte días)