Hoy he decidido darle un nombre:
Se llama "La Montaña". Es lo que todos los hombres (los de verdad) tenemos en nuestro cuarto y de lo que nuestras chicas tanto se quejan.
Hoy he decidido recogerla. Se había colado una falda vaquera de mi chica. "No me extraña nada" dice ella. Cuando le digo que he recogido "La Montaña" ella me contesta "...de ropa" y yo replico, no es necesario decirlo, tiene su propio nombre, pero sí, de ropa.
Esto se une al juego que juega nuestras chicas todas las tardes/noches cuando llegamos a casa del curro. O más bien cuando nuestros hijos se duermen. Yo no sabía que existía, pero existe. Se llama "Si te sientas, pierdes". Llegado el momento en el que los niños duermen tu primer impulso es sentarte a descansar un rato, pero debes recordar el juego, no importa cuán cansado estés, porque, "si te sientas, pierdes", así que busca cosas que hacer, recoge la cena, pon una lavadora, recoge los juguetes de los niños. Aunque, al final, no importa cuánto lo intentes: perderás. Una vez que esté todo hecho: el suelo barrido, el polvo limpiado, la habitación (y la montaña) recogida y ella se haya ido al baño, mirarás a tu alrededor y verás todo en su sitio, todo ordenado, todo limpio, te sentarás, y cuando llegue ella, inevitablemente dirá algo como... "¿Has regado las plantas?".
Perdiste.
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